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DE LA MEMORIA POLÍTICA... 1845 Ags 28 De las instrucciones verbales a Salvador Bermúdez de Castro, ministro de España en México sobre el proyecto de monarquía llamando a la Corona a un príncipe o princesa de la Casa Real de España.

El general Paredes se ha comprometido al fin a trastornar las instituciones republicanas y a levantar una monarquía, poniendo en el trono a un príncipe o princesa de la sangre real de España. Disponiendo de un ejército numeroso, y con cuya obediencia ciega cuenta, seguro de las opiniones de sus oficiales, quería marchar sobre México desde San Luis [Potosí], y esperaba mis órdenes para ello. Con este objeto me envió hace algunos días un coronel de suma confianza; única persona que con Alamán y un comerciante español sabe mis negociaciones con él. Le he dicho que conviene no apresurarse todavía; porque es preciso dar el golpe sobre seguro; he detenido su impaciencia, porque quiero aún más elementos de los que existen; quiero sobre todo un pretexto razonable de rompimiento. Si de repente se alzase una bandera monárquica, sería un escándalo, y poco prevenidos los hombres de esas opiniones, que son los más ricos y por consiguiente, los más tímidos del país, la apoyarían mal. Además para derribar al gobierno y hacer entrar en manos de Paredes la dictadura se han comprometido generales republicanos, héroes, como les llaman, de la primera insurrección contra España, descontentos hoy, que nada saben de nuestros planes y que o vendrán con nosotros hasta el fin o se quedarán solos y gastados detrás. De todos modos, nos darán cuando sea menester el peso de su nombre y de su prestigio.



Nuestros recursos son los siguientes:

1º Un ejército de doce mil hombres, que suponen lo que ochenta mil en España, bien disciplinado, descontento con las formas republicanas y que seguirá ciegamente a su jefe. Este es el único ejército de la República, y el que se reúne para Texas.

2º El general en jefe Mariano Paredes, que si tiene tanta perseverancia como influencia y arrojo, podrá tanto como Iturbide y más que Santa Anna.

3º Todos los ricos comerciantes y sobre todo los propietarios del país; fácilmente se explican sus opiniones por los saqueos que han sufrido y la inseguridad en que están. Muchos de ellos poseían títulos de Castilla, y quisieran volver al Plan de Iguala, para recobrarlos. He recomendado sin embargo, a Paredes que no hable a ninguno de ellos; son tímidos y nada harán; pudieran comprometer el secreto, y su apoyo es seguro después de la victoria.

4º Todo el alto clero y la mayor parte de los curas del interior. La influencia eclesiástica es inmensa todavía en el país, y este elemento de fuerza es grande y seguro.

5° Santa Anna y a quienes el partido liberal ha perseguido con encarnizamiento después.

6º Los Departamentos del norte, asolados por los indios bárbaros, y que anhelan cualquier gobierno que pueda ofrecerles protección.

 

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