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2024 Feb 07 Observaciones del Secretario General de la ONU ante la Asamblea General sobre las prioridades para 2024. Antonio Guterres.

Señor Presidente de la Asamblea General, Excelencias, Señoras y Señores,
Permítanme comenzar expresándoles mis mejores deseos para 2024.
Deseo salud y felicidad para ustedes y sus familias, y paz para nuestro mundo.
Nuestra organización fue fundada en la búsqueda de la paz.
La paz es nuestra razón de ser.

Sin embargo, cuando observo el panorama del mundo actual, lo que falta de forma más dramática es la paz.

Y con ello me refiero a la paz en todas sus dimensiones.

A medida que se recrudecen los conflictos y crecen las divisiones geopolíticas, la paz en nuestro mundo se ve amenazada.

A medida que se profundiza la polarización y se pisotean los derechos humanos, se socava la paz dentro de las comunidades.

A medida que estallan las desigualdades, la paz con justicia se hace añicos.

Al continuar nuestra adicción a los combustibles fósiles, nos burlamos de cualquier noción de paz con la naturaleza.

En todo el mundo, y en toda la gama de problemas, la paz es la pieza que falta.

La gente quiere paz y seguridad.

La gente quiere paz y dignidad.

Y, francamente, quieren paz y tranquilidad.

Hay tanta ira, odio y ruido en nuestro mundo actual.

Parece que todos los días y a cada paso hay guerra.

Conflictos terribles que matan y mutilan a civiles en cantidades sin precedentes.

Guerras de palabras.  Guerras territoriales.  Guerras culturales.

Muchas de ellas propagan la perversa matemática que dice que el apoyo se multiplica dividiendo a las personas.

Esto es especialmente preocupante en un año en el que la mitad de la humanidad acudirá a las urnas.

Mientras tanto, cada vez más familias se quedan atrás.

Cada vez más países se ahogan en deudas.

Cada vez más personas pierden la confianza en las instituciones y la fe en el proceso político.

La paz es la salida a estas crisis interrelacionadas.

La paz es más que una visión noble.

La paz es un grito de guerra.  Es una llamada a la acción.

Nuestra obligación es actuar juntos por la paz en todas sus dimensiones.

Excelencias,

A pesar de las turbulencias de nuestro tiempo, hay razones para la esperanza.

En la Cumbre sobre los ODS, los líderes mundiales aprobaron un estímulo para los ODS y la necesidad de reformas de gran alcance de la arquitectura financiera internacional.

Los países también llegaron a un acuerdo el año pasado sobre el Tratado de Alta Mar para proteger la valiosa biodiversidad marina de la contaminación y la sobrepesca.

Estamos avanzando en materia de justicia climática. El Fondo para Pérdidas y Daños -siempre que esté bien dotado- ayudará a los países vulnerables a recuperarse de los efectos de las condiciones meteorológicas extremas.

El Consejo de Seguridad aceptó nuestro llamamiento de años para respaldar las operaciones de imposición de la paz y de lucha contra el terrorismo dirigidas por socios regionales, en particular la Unión Africana, con mandatos del Consejo y apoyadas por cuotas.

El nuevo Órgano Consultivo de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial inició un debate mundial sobre cómo esta tecnología omnipresente puede beneficiarnos a todos.

Mirando hacia adelante, en la Cumbre del Futuro de septiembre, tenemos la oportunidad de dar forma al multilateralismo de los próximos años.

Y, de hecho, nuestro mundo lo necesita urgentemente:

La reforma del Consejo de Seguridad.

La reforma del sistema financiero internacional.

Una participación y compromiso significativo de los jóvenes en la toma de decisiones.

Un Pacto Mundial Digital para maximizar los beneficios de las nuevas tecnologías y minimizar los riesgos.

Una plataforma de emergencia para mejorar la respuesta internacional a las crisis mundiales complejas.

Veo un esfuerzo verdaderamente dinámico para construir un multilateralismo más eficaz, integrador y renovado, adaptado al siglo XXI y a nuestro mundo cada vez más multipolar.

Y ustedes están en el centro de este esfuerzo esencial.

Y la paz está en el centro de todo lo que hacemos.

Excelencias,

Para millones de personas atrapadas en conflictos en todo el mundo, la vida es un infierno mortal, cotidiano y hambriento.

Un número récord de personas huye de sus hogares en busca de seguridad.

Claman por la paz.

Debemos escucharles y actuar.

A corto plazo, debemos seguir luchando por la paz en todo el mundo.

La situación en Gaza es una herida abierta en nuestra conciencia colectiva que amenaza a toda la región.

Nada justifica los horribles ataques terroristas lanzados por Hamás contra Israel el 7 de octubre.

Tampoco hay justificación alguna para el castigo colectivo del pueblo palestino.

Sin embargo, las operaciones militares israelíes han provocado destrucción y muerte en Gaza a una escala y velocidad sin parelelo desde que soy Secretario General.

Me alarman especialmente los informes de que el ejército israelí pretende centrarse a continuación en Rafah, donde cientos de miles de palestinos se han visto estrujados en una búsqueda desesperada de seguridad.

Tal acción aumentaría exponencialmente lo que ya es una pesadilla humanitaria con consecuencias regionales incalculables.

Es hora de un alto el fuego humanitario inmediato y de la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes.

Esto debe conducir rápidamente a acciones irreversibles hacia una solución de dos Estados, basada en las resoluciones de las Naciones Unidas, el derecho internacional y los acuerdos previos.

En Ucrania, reitero mi llamamiento en favor de una paz justa y duradera, en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho internacional, para Ucrania, para Rusia y para el mundo.

En una franja de países del Sahel, el terrorismo está aumentando y la población civil está pagando un precio terrible.  No cederemos en nuestro apoyo a la población del Sahel en estos tiempos difíciles.

La acción colectiva es esencial en el Cuerno de África para consolidar los logros conseguidos con tanto esfuerzo contra Al Shabaab y para preservar el principio fundamental de integridad territorial evitando nuevas crisis.

Los combates deben cesar en Sudán antes de que destruyan aún más vidas y se extiendan.

En Libia, mientras se mantiene el alto el fuego, el pueblo libio merece una paz y una estabilidad sostenidas, empezando por el compromiso de celebrar elecciones libres y justas.

En el este de la República Democrática del Congo, pido a todos los grupos armados que abandonen las armas e insto a los líderes regionales a que den prioridad al diálogo.

En Yemen, hago un llamamiento a todas las partes para que se centren en el camino hacia la paz y también para que rebajen las tensiones en el Mar Rojo basándose en el principio de la libertad de navegación.

En Myanmar, necesitamos una atención internacional y regional sostenida para ayudar a forjar urgentemente un camino hacia la transición democrática y el retorno al gobierno civil.

En Haití, la anarquía va en aumento y millones de personas se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria.  La misión multinacional de apoyo a la seguridad debe desplegarse sin demora y espero que se eliminen todos los obstáculos, e insto también a los Estados miembros a que proporcionen el apoyo financiero necesario.

Y en los Balcanes occidentales, algunos líderes siguen avivando las tensiones y la retórica etno-nacionalista.  Insto a actuar en favor de la reconciliación, la estabilidad y la prosperidad económica en toda la región.

Excelencias,

Si los países cumplieran sus obligaciones en virtud de la Carta, el derecho de toda persona a una vida de paz y dignidad estaría garantizado.

Pero los gobiernos están ignorando y socavando los propios principios del multilateralismo, sin rendir cuentas.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas -la principal plataforma para las cuestiones de paz mundial- está bloqueado por fisuras geopolíticas.

No es la primera vez que el Consejo está dividido.

Pero es la peor.

La disfunción actual es más profunda y peligrosa.

Durante la Guerra Fría, unos mecanismos bien establecidos ayudaron a gestionar las relaciones entre las superpotencias.

En el mundo multipolar actual, esos mecanismos no existen.

Y así, nuestro mundo está entrando en una era de caos.

Estamos viendo los resultados: una peligrosa e impredecible batalla campal con total impunidad.

Tras décadas de desarme nuclear, los Estados compiten por hacer que sus arsenales nucleares sean más rápidos, sigilosos y precisos.

Se están desarrollando nuevos ámbitos potenciales de conflicto, y armas de guerra, sin barandales, creando nuevas formas de matarse unos a otros, y de que la humanidad se aniquile a sí misma.

A medida que proliferan los conflictos, las necesidades humanitarias mundiales alcanzan niveles sin precedentes, pero la financiación no sigue el mismo ritmo.

Los trabajadores humanitarios están salvando vidas y aliviando el sufrimiento en todo el mundo.

Rindo homenaje a sus heroicos esfuerzos y a los trabajadores humanitarios que han pagado el precio más alto, más reciente y trágicamente en Gaza.

Excelencias,

Necesitamos reforzar y renovar los marcos mundiales de paz y seguridad para hacer frente a las complejidades del mundo multipolar actual.

Este es el fundamento de nuestra Nueva Agenda para la Paz.

El primer lugar y, ante todo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe ser capaz de tomar decisiones y aplicarlas.  Y debe ser más representativo.

Es totalmente inaceptable que el continente africano siga esperando un puesto permanente.

Los métodos de trabajo del Consejo también deben actualizarse para que pueda avanzar, incluso cuando los miembros estén muy divididos.

La Nueva Agenda para la Paz aborda los riesgos estratégicos mediante un nuevo compromiso con la eliminación de las armas nucleares y la intensificación de los esfuerzos para prevenir los conflictos.

Propone medidas para mitigar el impacto de la competencia geopolítica en las personas y evitar la fragmentación de las normas del comercio mundial, las cadenas de suministro, las divisas e Internet.

Presenta una visión de la prevención que aborda la violencia en todas sus formas y a todos los niveles.

Reconoce los vínculos entre el desarrollo sostenible, la acción por el clima y la paz; y pide la transformación de las dinámicas de poder basadas en el género; la inclusión significativa de las mujeres y los jóvenes en todos los procesos de paz; y el respeto de todos los derechos humanos: civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

Subraya la necesidad de misiones de mantenimiento de la paz con mandatos realistas y estrategias de transición y salida bien definidas.

E insta al desarrollo de normas y marcos que regulen el uso de las nuevas tecnologías, incluida la Inteligencia Artificial, en el ámbito militar.

Excelencias,

También necesitamos paz dentro de las comunidades.

En todo el mundo vemos comunidades divididas por el aumento de la incitación al odio, la discriminación, el extremismo y las violaciones de los derechos humanos.

El antisemitismo, la intolerancia anti-musulmana, la persecución de comunidades cristianas minoritarias y la ideología de la supremacía blanca van en aumento.

Crece el autoritarismo. El espacio cívico se reduce.  Se ataca a los medios de comunicación.

La discriminación contra las mujeres y las niñas, y la violencia de género, son las violaciones de los derechos humanos más extendidas en nuestro mundo.

Veo dos razones fundamentales para todo esto:

En primer lugar, la velocidad y el alcance de la desinformación y el odio han aumentado exponencialmente en la era digital. El afán de lucro ha ayudado a los extremistas a sembrar la división.

En segundo lugar, las desigualdades reales y percibidas, las privaciones económicas y los rápidos cambios sociales y económicos alimentan los temores de la población.

Puede que el nivel de vida mundial sea más alto que nunca, pero seis de cada siete personas de todo el mundo afirman sentirse ansiosas y temerosas sobre su futuro.

Las Naciones Unidas apoyan los esfuerzos para maximizar las inversiones en cohesión social y dar prioridad a la seguridad de cada individuo.

Por eso pedimos un contrato social renovado, basado en la confianza, la justicia y la inclusión y anclado en los derechos humanos.

Estamos impulsando mi Llamado a la Acción por los Derechos Humanos.

Promovemos urgentemente la participación y el liderazgo plenos y equitativos de las mujeres en todos los sectores de la sociedad.

Y estamos presionando a las empresas tecnológicas para que asuman su responsabilidad y dejen de amplificar y capitalizar la difusión de desinformación tóxica y otros contenidos perjudiciales.

Nuestro próximo Código de Conducta para la Integridad de la Información, que se publicará antes de la Cumbre del Futuro, ayudará a orientar a los responsables de la toma de decisiones para que el espacio digital sea inclusivo y más seguro para todos, defendiendo al mismo tiempo el derecho a la libertad de expresión.

Los dirigentes de todos los ámbitos tienen la responsabilidad de garantizar que las personas se sientan incluidas y representadas; que la diversidad se reconozca plenamente como un punto fuerte; y que cada comunidad se sienta valorada en sí misma y disfrute de un lugar pleno en el conjunto de la sociedad.

Excelencias,

Más allá de las tensiones en el mundo y dentro de las comunidades, necesitamos paz con justicia.

Las desigualdades y la injusticia son el combustible de un mundo en guerra consigo mismo.

Y los conflictos avivan aún más las desigualdades y la injusticia.

Veamos la historia de dos canales.

El comercio a través del Canal de Suez se ha reducido en un 42% desde el comienzo de los ataques de los Houthi a la navegación en el Mar Rojo hace más de tres meses.

El comercio a través del Canal de Panamá ha descendido un 36% en el último mes debido al bajo nivel del agua, un subproducto de la crisis climática.

Independientemente de que la causa sea un conflicto o el clima, el resultado es el mismo: interrupción de las cadenas de suministro mundiales y aumento de los costos para todos.

Las economías en desarrollo son especialmente vulnerables a estas perturbaciones.

El desarrollo sostenible e integrador depende de la paz.

Y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es nuestra forma más eficaz de construir la paz y la prosperidad.

Sin embargo, nos enfrentamos a una emergencia de desarrollo.

A la sacudida sísmica de la pandemia de la COVID-19 le siguió una fuerte aceleración de las tensiones mundiales -y de los precios mundiales- cuando Rusia invadió Ucrania.

Las economías en desarrollo se tambaleaban. Muchas aún lo están.

Las actuales perspectivas económicas mundiales ignoran en gran medida el elefante en la habitación: los países en desarrollo están experimentando su peor mitad de década desde principios de los noventa.

Muchos se enfrentan a costos del servicio de la deuda impagables, que ahora alcanzan niveles récord.

Los países más pobres del mundo deberán este año más en servicio de la deuda que su gasto público en sanidad, educación e infraestructuras juntos.

Mientras tanto, los gobiernos se ven obligados a recortar inversiones y servicios esenciales.

Todas estas cuestiones figurarán en el orden del día de la Cuarta Conferencia Internacional sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, que se celebrará en mayo, y de la Tercera Conferencia [Internacional] sobre los Países en Desarrollo sin Litoral, que tendrá lugar en junio.

Excelencias,

Para cumplir la promesa de los ODS, necesitamos avanzar en dos áreas cruciales:

En primer lugar, la financiación.  Estamos impulsando un Estímulo de los ODS de 500.000 millones de dólares anuales en financiación asequible a largo plazo para los países en desarrollo.

El estímulo de los ODS exige medidas urgentes en materia de deuda, incluido un respiro para los países que se enfrentan a calendarios de amortización imposibles.

He invitado a un pequeño número de Jefes de Estado a trabajar conmigo para hacer realidad el Estímulo.

Con el apoyo de ustedes, podemos aumentar de forma significativa e inmediata el capital y la capacidad de los Bancos Multilaterales de Desarrollo y ayudar a que las economías en desarrollo vuelvan a la senda correcta.  Los dirigentes de los bancos han dado pasos positivos, pero queda mucho camino por recorrer.

En segundo lugar, debemos seguir trabajando para dar paso a un nuevo momento de Bretton Woods, con una arquitectura financiera internacional que responda a las necesidades de todos los países.

La arquitectura actual es anticuada, disfuncional e injusta.

Favorece a los países ricos que la diseñaron hace casi 80 años.

No ofrece a los países la financiación asequible necesaria para alcanzar nuestros objetivos comunes.

Y no cumple la función básica de proporcionar una red de seguridad financiera para todos los países en desarrollo.

La Cumbre del Futuro estudiará la necesidad de profundas reformas para que las instituciones y los marcos financieros sean verdaderamente universales e inclusivos.

Excelencias,

También debemos aprovechar el poder de la tecnología para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Desde la sanidad a la educación, desde la acción climática a los sistemas alimentarios, la Inteligencia Artificial (IA) generativa es la herramienta potencial más importante para construir economías y sociedades inclusivas, ecológicas y sostenibles.

Pero la IA ya está creando riesgos en torno a la desinformación, la privacidad y la parcialidad.

Está concentrada en muy pocas empresas y en, aún,  menos países.

La tecnología debe reducir las desigualdades, no reproducirlas, ni enfrentar a las personas entre sí.

La IA afectará a toda la humanidad, por lo que necesitamos un enfoque universal para hacerle frente.

Nuestro Órgano Consultivo sobre Inteligencia Artificial refleja el papel central de convocatoria de las Naciones Unidas, reuniendo a gobiernos, empresas privadas, universidades y sociedad civil.

Las recomendaciones del Órgano se incorporarán al Pacto Digital Mundial cuya adopción se propone en la Cumbre del Futuro.

Debemos actuar con rapidez, ser creativos y trabajar juntos para garantizar la existencia de barreras y normas éticas adecuadas, promover la transparencia y crear capacidades en los países en desarrollo.

La Inteligencia Artificial no debe sustituir a la agencia humana.

Fue creada por humanos y debe estar siempre bajo control humano.

Excelencias,

También debemos hacer las paces con el planeta.

La humanidad ha emprendido una guerra que sólo podemos perder: nuestra guerra con la naturaleza.

Es una lucha de locos.

Estamos detonando sistemas que nos sostienen:

Lanzando emisiones que provocan la implosión de nuestro clima; envenenando la tierra, el mar y el aire con la contaminación, y diezmando la biodiversidad, provocando el colapso de los ecosistemas.

Tenemos muchos hitos importantes, entre ellos:  La Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad de octubre, la COP29 de noviembre y la Conferencia sobre la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertificación de diciembre.

Excelencias,

La crisis climática sigue siendo el reto más importante de nuestro tiempo.

Los próximos años determinarán en gran medida si podemos limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados.

Para mantenernos dentro de ese límite, debemos reducir las emisiones un 45% para 2030, en comparación con los niveles de 2010. Y necesitamos que las emisiones hayan alcanzado su punto máximo en 2025.

La buena noticia es que nunca hemos estado mejor equipados para evitar el colapso climático. Y las ventajas de las energías renovables son más evidentes cada año.

Debemos aprovechar el impulso tomando medidas en tres ámbitos: Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y la financiación.

Para 2025, todos los países deben comprometerse a adoptar nuevos planes climáticos nacionales acordes con el límite de 1.5 grados.

Estoy movilizando a todo el sistema de la ONU para ayudar a los países a hacerlo.

Los nuevos planes nacionales deben cubrir todas las emisiones y sectores.

Deben trazar una transición justa hacia energías limpias.

Y deben estar respaldados por políticas y normativas sólidas, desde un precio efectivo del carbono hasta el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles.

Para los países en desarrollo, esta es una oportunidad de crear planes climáticos nacionales que se conviertan en planes nacionales de transición y planes nacionales de inversión:

Para atraer capital e inversiones; para trazar una transición justa hacia un futuro neto cero; y para apuntalar el desarrollo sostenible para las generaciones venideras.

Para el G20, esta es una oportunidad de mostrar un verdadero liderazgo en la escena mundial acelerando una eliminación justa y equitativa de los combustibles fósiles.

Excelencias,

La era de los combustibles fósiles está en las últimas.

La revolución de las energías renovables es imparable.

Pero debemos actuar este año para garantizar que la transición sea justa para las personas y el planeta, y que sea lo suficientemente rápida como para evitar una catástrofe climática total,

Que requiere triplicar la capacidad mundial de energías renovables y duplicar la eficiencia energética para 2030, tal y como se acordó en la COP28.

Significa trabajar para garantizar que la producción y el comercio de minerales críticos para las transiciones energéticas sean justos, sostenibles y proporcionen el máximo valor añadido en los países que suministran las materias primas en primer lugar.  Los países en desarrollo no deben ser sólo productores de materias primas, sino que deben tener una capacidad mucho mayor para transformarlas.

El Panel sobre Minerales Críticos para la Transición Energética elaborará principios voluntarios para finales de año.

Excelencias,

Una transición justa implica medidas urgentes para desbloquear la financiación que necesitan los países en desarrollo para dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles y llevar energía limpia a todos.

Nuestro Pacto de Solidaridad Climática insta a los grandes emisores a realizar esfuerzos adicionales para reducir las emisiones y a los países más ricos a apoyar a las economías emergentes para que lo hagan.

Insto a los países a ponerlo en práctica.

Y acojo con satisfacción el compromiso de Brasil de aunar los debates sobre el clima y las finanzas como Presidente del G20.

Como mínimo, los países desarrollados deben aclarar la entrega de los 100.000 millones de dólares, y explicar cómo van a duplicar la financiación de la adaptación, hasta al menos 40.000 millones de dólares al año, para 2025.

En la COP29, todos los países deben acordar un nuevo y ambicioso objetivo de financiación climática.

Debemos explorar fuentes innovadoras de financiación climática.

Y el Fondo de Pérdidas y Daños debe ponerse en marcha lo antes posible, y con contribuciones significativas.

Los países en primera línea del caos climático tienen derecho a un apoyo mucho mayor.

Excelencias,

Esta es una agenda completa.

De una forma u otra, cada elemento conecta con el más esencial de todos los empeños humanos: la búsqueda de la paz.

La paz puede lograr maravillas que las guerras nunca conseguirán.

Las guerras destruyen.

La paz construye.

Pero en el agitado mundo actual, construir la paz es un acto consciente, audaz e incluso radical.

Es la mayor responsabilidad de la humanidad.

Y esa responsabilidad nos pertenece a todos, individual y colectivamente.

En este momento difícil y dividido, cumplamos con esa obligación para hoy y para las generaciones futuras.

Empezando por aquí.  Empezando ahora.

Por mi parte, puedo garantizar que nunca dejaré de luchar por la paz.

Gracias.