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2025 May 29 Razones para no votar. Humberto Musacchio.

Lo que tenemos enfrente es la demolición de lo que había, porque los profesionales del derecho, los conocedores de la ley, en la mayoría de los casos, serán sustituidos por improvisados, gente sin conocimiento de la normatividad ni experiencia en el cómo y el porqué de un juicio

No iré a votar el próximo domingo porque no conozco a la mayoría de los candidatos; no voy a votar porque conozco a unos pocos por los que nunca votaría. No acudiré a las pocas urnas de las que dispone esta elección porque no encuentro una razón válida para demoler el Poder Judicial que teníamos, corrupto e ineficaz, pero impune ante la permisividad de los otros poderes.

Creo que lo procedente era perseguir sin tregua a los corruptos, suprimir procedimientos que conducían a arreglar las sentencias con dinero, vigilar en forma permanente las finanzas y propiedades de los juzgadores sospechosos y sus familiares cercanos, sobre todo cuando el crecimiento de sus riquezas resultaba sospechoso.

El actual proceso, circo, farsa, vodevil o lo que se quiera, lo inició el Fantasma de Palenque, sí, el mismo expresidente de la República que optó por brindar abrazos y no balazos a los delincuentes, el mismo que dijo aquello de “no me vengan con que la ley es la ley”, el que, al final de su pésima gestión, decidió que no había que reformar el Poder Judicial, sino destruirlo.

Lo que tenemos enfrente es la demolición de lo que había, porque los profesionales del derecho, los conocedores de la ley, en la mayoría de los casos, serán sustituidos por improvisados, gente sin conocimiento de la normatividad ni experiencia en el cómo y el porqué de un juicio.

La manera atropellada en que se procedió para elaborar y aprobar tan nefasta reforma ha permitido que políticos influyentes impongan a sus paniaguados, o que grupos empresariales, organizaciones religiosas, sindicatos charros, mafias partidistas y grupos criminales impulsen a sus candidatos con el inmenso poderío de sus caudales. Por eso el impresentable senador Gerardo Fernández Noroña se pregunta por qué la gente no va a elegir a “un juez pedorro”. Oportuna aclaración, porque eso van a elegir los ciudadanos en la mayoría de los casos. Gracias.

A la elección se han destinado, por lo menos, ocho mil millones de pesos que mucha falta hacen para comprar medicinas, apoyar a las madres buscadoras o satisfacer las demandas del magisterio democrático, hoy sujeto a una feroz andanada de insultos y falsedades, lo mismo del periodismo chayotero que del otro y, desde luego, de las más altas autoridades, como ocurrió a fines de los años cincuenta, en el movimiento que encabezó el gran Othón Salazar.

Por las penurias del hoy indefendible INE, el número de casillas de votación se ha reducido drásticamente, no tendremos PREP que muestre las tendencias de la votación; los partidos, que no debían intervenir, hoy tienen acreditados a casi 160 mil “observadores”, la abrumadora mayoría de Morena, que presumiblemente querrá inclinar la balanza en su favor. Las boletas que sobren, que serán muchas, no se van a invalidar, quizá para emplearlas en el relleno de urnas; y los votos no se contarán en la casilla, sino quién sabe dónde.

De todo este desbarajuste hay responsables: AMLO y los senadores y diputados que aprobaron la reforma de marras, porque ellos no serán sus víctimas, sino el Poder Ejecutivo, que aparecerá como responsable y acabará maniatado a la hora de decidir las candidaturas de Morena en 2027 y, sobre todo, en 2030.

Pero no faltan optimistas. Por ejemplo, la todavía ministra Yasmín Esquivel apareció, como entrevistada, en tres periódicos capitalinos el pasado martes y dijo lo que es archisabido: que quiere seguir como ministra de la Suprema Corte. Calificó de histórico el gran circo del próximo domingo porque, a su juicio, el país necesita “un sistema de justicia basado en la transparencia, honestidad, principios y valores”. Sí, como los de ella, que echando mano de sus influencias sigue donde está pese a que plagió su tesis de licenciatura.

Así, mientras la presidenta Claudia Sheinbaum pedía a los ciudadanos realizar una investigación para que todos sepan por quién votar, brigadas de Morena se desplegaban por todo el país repartiendo “acordeones”, y los priistas convertidos al culto pejista se preparaban para hacer lo que saben y han hecho durante muchas décadas: embarazar urnas, aplicar todas las trampas que conocen y emplean sin recato y, por supuesto, realizar acarreos al precio de chesco, torta y corta. ¡Felicidades!.

 

 

 

Tomado de: Excélsior