2025 May 18 No votaré el 1 de junio. Rafael Álvarez Cordero.
No votaré el 1 de junio, considero una afrenta para cualquier ciudadano que lo inviten a esa farsa cuando ya están decididos quiénes serán electos.
Las almas ruines sólo se dejan conquistar mediante regalos. Sócrates
Soy demócrata de nacimiento; mis padres me enseñaron a respetar la libertad y a tener principios y valores que no cambian; fui entusiasta de las votaciones, acompañé a mi padre —y a mi madre cuando ella pudo votar— a las elecciones y eso me dio más orgullo cuando tuve edad para hacerlo. Creo en la democracia, en la libertad para escoger a quienes nos pueden representar en los diversos ambientes políticos, me gusta comentar con mis colegas y mis amigos los ires y venires de la política, y ahora, cuando se acerca el 1 de junio, he tomado una decisión: no iré a votar.
Siempre fui partidario de las votaciones, sobre todo después de que el INE recuperó su condición ciudadana y las elecciones fueron limpias, con tres alternancias de gobierno sin contratiempos. Pero todo cambió cuando llegó a Palacio un individuo impresentable, ejemplo de ignorancia, estulticia, sevicia y maldad, que destruyó todo lo que por décadas habíamos construido para tener un país libre y democrático.
Sus decisiones las conocimos y las padecimos muchos millones de mexicanos, no sólo en el ámbito de la economía, transportes, salud, medio ambiente, sino sobre todo en la entrega abierta del país a los delincuentes, “son seres humanos”, “abrazos, no balazos”, “acúsenlos con sus mamacitas”. Como consecuencia, murieron miles de mexicanos sin que hiciera nada para detener la sangrienta racha de homicidios, desapariciones y secuestros, cuyo más grave ejemplo son los centros de exterminio.
Y con la más torva intención, ese señor, que será juzgado y condenado como ya lo es por la historia, decidió acabar con la Constitución, con la división de Poderes, con la independencia del Poder Judicial, y someter a todo el gobierno a su voluntad.
Los resultados están ahí: se destruyó el Poder Judicial, que ya no existe, se decidió “renovarlo” de la manera más estúpida posible, reuniendo a los candidatos por “tómbola”, lo que permitió que concursaran individuos ignorantes, sin conocimiento de las leyes, ladrones, delincuentes, corruptos y demás.
Pero, además, se hicieron las “boletas” de la manera más complicada posible, para que los votantes no sepan qué y por quién van a votar; las enseñanzas sobre “cómo votar”, que aparecen en los medios de comunicación, son galimatías que nadie entiende, y esa la razón de su aparición: se trata de estupidizar a los votantes a más no poder.
Pero no sólo eso, sino que en los últimos días los “genios” de la Cámara de Diputados decidieron que ellos serán los que decidan quién sí y quién no contiende en las elecciones, lo que concuerda con lo que el triste INE ha dicho: “Los resultados ya están, faltan las elecciones”.
Triste papel el de una señora Presidenta que no es sino la vocera de su amo, triste el papel de Omar García Harfuch, que se empeña en detener delincuentes a pesar de todo; espero que no tenga otro atentado como el que ya vivió, porque está solo en medio de miles de narcos y asesinos.
No votaré el 1 de junio, considero una afrenta para cualquier ciudadano que lo inviten a esa farsa cuando ya están decididos quiénes serán electos, sin importar su condición, y sólo con su obediencia ciega a la Cuatroté.
Con esta elección, se confirmará la destrucción de nuestra democracia, la implantación de una dictadura que nunca quisimos, la hegemonía de un grupo de sátrapas que no saben que no saben y no entienden que no entienden.
Mi México es mucho más, más que un puñado de ratas que siguen obedientes a quien se esconde en La Chingada; México saldrá adelante a pesar de todo, y yo volveré a votar cuando la democracia renazca en mi país.
Tomado de: Excélsior